Hospitales católicos en Canadá: No terminaremos con la vida de los pacientes - Reflexión

Esta noticia fue tomada de la página Aleteia.org

Mi reflexión frente a esta noticia:

Esta noticia es de esas pocas que me genera algo de verdad, algo de alegría y esperanza, y me hace pensar que cada vez estamos más cerca del amor de Dios y que todo es posible. Me quiero tomar el tiempo de felicitar la actitud de estos hospitales, pues para nosotros, el pueblo católico, la Eutanasia es una gravísima violación de la ley de Dios, pues su práctica conlleva la malicia propia del suicidio o del homicidio.

No podemos aceptar este acto tan abiertamente como otras personas; es inmoral y conlleva al rechazo del amor a si mismo y a la renuncia a los deberes de justicia y de caridad con el prójimo.

Participar de un suicidio asistido significa hacerse colaborador y autor de un delito, pues nadie, a parte de Dios es dueño de la vida, nuestra obligación es asistir con paciencia y amor a quien sufre.

Estos hospitales nos dan ejemplo, pues los médicos por su profesión específica deben cuidar y proteger al enfermo, incluso en las condiciones terminales más penosas.

Desde luego ante el sufrimiento desbordado, la renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio, equivale, más bien a la aceptación de la condición humana ante la muerte, pues aún cuando como cristianos tenemos la obligación moral de curarnos y hacernos curar, esta obligación debe ser valorada según las situaciones concretas, aceptando y entendiendo el plan de Dios para nuestras vidas.

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